miércoles, 25 de noviembre de 2009

Negociar con Piratas.

Por Josemi Valle (negociación.net)

Ando recopilando copiosa información sobre el Caso Alakrana, el atunero español secuestrado por piratas somalíes en el Índico. Es un tema delicado y vidrioso porque hay vidas en juego, pero es apasionante para el debate y el estudio de la negociación. Simultáneamente en ENE estamos preparando la newsletter de noviembre cuya temática orbitará sobre el miedo. Curiosamente el Caso Alakrana tiene mucho que ver con el miedo, esa anticipación de un peligro que nos pone en alerta y nos impele al enfrentamiento, la huida o la sumisión. Hace unas semanas leí un artículo en el que se censuraba cualquier tipo de negociación con los piratas marítimos. Se argumentaba que negociar ahora era animar a futuros piratas a la emulación, a abordar barcos y pedir su correspondiente rescate. El año pasado el pesquero Playa de Bakio fue secuestrado cuando faenaba en las mismas aguas y el gobierno español pagó 1,2 millones de dólares por su liberación, precedente que ha animado a los piratas a asaltar embarcaciones con bandera española. La conclusión del artículo era que no se debe negociar con quien se salta todas las normas básicas. Mi visión es justo la contraria. Negociar es lo único que se puede hacer. Veamos.

Los secuestradores son sobre todo expertos fabricantes. Producen grandes cantidades de miedo para obtener poder a través de la coacción. Es un poder ilícito, sí, pero a pesar de su genealogía fraudulenta busca como todo poder controlar la voluntad de la otra parte. Secuestran un barco y amenazan (la amenaza consiste o bien en recordar o bien en cifrar el peligro que nuestro miedo ya ha rumiado) con arrebatar la vida a sus tripulantes si no se cumplen sus peticiones. Normalmente condecoran sus palabras con algún gesto que remache que van muy en serio. Ya está establecida la esgrima de la negociación, aunque se elija como punto de partida el chantaje. Una parte tiene en sus manos lo que le interesa a la otra (la vida de los secuestrados) y la contraparte dispone del dinero que se reclama a cambio de no matar a nadie (también cuentan con dos piratas detenidos, que imagino serán monedas de cambio en el intercambio de concesiones). Ese canje se sostiene gracias al miedo, al miedo a que los piratas cumplan el castigo anunciado. ¿Qué otra cosa se puede hacer si no empezar a negociar?.

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